Antes de continuar con la serie gramatical ainu, que puede resultar densa, voy a intercalar un post sencillo de curiosidades lingüísticas.
Resulta de lo más llamativo cuando uno comprueba que ciertas diferencias dialectales transatlánticas, en lo que a léxico se refiere, provienen de la elección de una u otra lengua amerindia a la hora de nombrar a objetos relativamente novedosos para la vieja cultura europea.
Cuando los españoles llegaron al nuevo continente americano desembarcaron primeramente en las Bahamas, que venían a estar habitadas por aquel entonces por taínos arahuacos, cuyos más graves enemigos eran los feroces caribes.
De este pacífico pueblo taíno (que también convivía con guaraníes en el continente) no dudaron en tomar prestadas directamente palabras que denotaban conceptos que en las Américas se asumían como cosas del día día:
Hamaca, barbacoa, cacique, canoa, maraca, tiburón, huracán...
Algunas con ligeros cambios semánticos: barbacoa era el nombre de una serie de palos utilizados a modo de parrilla, cacique era el jefe de la tribu....
Muchas de estas palabras pasaron posteriormente desde el castellano a otras lenguas europeas hasta su universalización actual.
Otras palabras que ya existían para denominar las mismas ideas fueron sustituidas, como es el caso de escualo (tiburón), que desde el latino squalus esté posiblemente emparentada con el anglosajón shark, ambas de la raíz indoeuropea *skêu-, cortar, de donde viene también la sierra saw inglesa, a cuya forma tanto nos recuerda la hilera de dientes de dicho animal.
Pero aunque fueron los humildes taínos los primeros heraldos americanos ante los españoles y los primeros en influir en la visión de las cosas de allí en Europa, hubo otras civilizaciones mucho más importantes que marcaron también el estado de las cosas en esta materia léxica, a pesar de que los contactos fueron bastante posteriores.
Estamos hablando de los aztecas náhuatl de Mesoamérica y los incas quechua de los Andes.
Del náhuatl el intercambio verbal fue prolífico y se obtuvieron los nombres para cosas tan corrientes hoy en día como chocolate, tomate o cacahuete, este último de uso en la península alternándose también, y más habitual en algunos dialectos transcontinentales, con maní, proveniente de nuestra querida lengua taína.
De las lenguas amerindias se usan sustantivos que representan hechos tan de actualidad como lo fue el chapapote (del náhuatl, aunque en mi entorno siempre se había usado, hasta el tema del Prestige, galipot, del francés) o cayuco (embarcación, relacionada en los medios de comunicación con el drama de la inmigración africana, y otra vez no oída por mí previamente a su aparición en ellos), voz taína de nuevo.
Otro pariente orgánico del chapapote también toma su nombre del náhuatl: chicle, también llamado goma de mascar.
Todos estos préstamos del náhuatl reflejan la terminación del caso absolutivo -tl, -ti o -li, de modo similar al que los préstamos arábigos poseen su artículo al-.
Del quechua en cambio, por avatares históricos (esto es, que posiblemente para cuando se hicieron extensivas las relaciones hispano-incas la mayoría de las novedades americanas ya estaban reveladas), gran parte de los términos prestados no llegaron a la península o su uso se limita a realidades andinas que no han repercutido en la sociedad europea (cóndor, guano, llama, pampa, puma, quena...). Si acaso cancha sí que llegó y es ampliamente utilizado (sobre todo en lo referido al baloncesto) y la infamemente famosa coca.
Pero hay palabras de origen quechua en español que se utilizan habitualmente en los dialectos de los países adyacentes a los Andes, como por ejemplo mate, papa...
Especialmente notable es aquí el diferente término usado para un común alimento llamado maíz (del taíno) en castellano peninsular y choclo (del quechua) en el español argentino rioplatense. No voy a negar que me llamó mucho la atención cuando me enteré de la existencia de pochoclo... (los vascos, sin embargo, optamos por no tomar ningún préstamo y variar semánticamente la palabra para el viejo mijo euroasiático de tal forma que arto significase maíz y artatxiki, pequeño maíz, mijo).
Gran tema, da para llenar blogs. Me dejaron marcando ocupado con este párrafo:
ResponderEliminar"Estamos hablando de los aztecas náhuatl de Mesoamérica y los incas quechua de los Andes."
Náhuatl y quechua son los nombres que llevan las lenguas de los aztecas y los incas en castellano, ¿por qué aquí parecen adjetivos?
Lo que quería contarles es que en Chile, donde el mapudungun se hablaba a lo largo de unos 2000 km (el país mide 4000), casi no dejó huella más allá de los nombres de flora y fauna local y de los topónimos. El resto de chilenismos de origen indígena, unos pocos miles de palabras, son de origen quechuas o de etimología incierta.
Y a propósito, "papa" no es solamente andino, se usa en toda América y "patata" sólo en España (compartiendo la vida con "papa" en Canarias y Andalucía).
Saludos.
¡Qué interesante! :D
ResponderEliminarMe ha encantado la relación entre "tiburón" y "sierra", muy sugestiva.
Y me encantaría saber algo más sobre ese sufijo -tl, -ti o -li...
Por cierto, Roberto, para el DRAE tanto "quechua" como "náhuatl" se pueden usar como adjetivos, que significan "relativos al pueblo y la lengua" correspondientes.
La etimología de "pochoclo" (que no "pochoclos": es 'uncountable') < "pop-choclo" que se da en el enlace (Wikipedia) es fascinante. Porque uno vuelve a mirar la palabra y dice: "¡Obvio! ¿Cómo no se me ocurrió antes?" - y sin embargo hace falta un raro momento de inspiración para deducirlo.
ResponderEliminarVivo en una región donde decir "pochoclo" definitivamente lo distingue a uno como "extranjero": en Córdoba (Argentina) sólo se dice "pururú". Tampoco me había preguntado nunca de dónde procede. Pero me sorprendió encontrar en la misma entrada de la Wikipedia "pororó (del guaraní, usado en el interior argentino), pururú o tutuca (en Córdoba)", porque la realidad es que es imposible confundir el pururú (maíz explotado) con la tutuca (maíz inflado). Tengo entendido que esta última prácticamente no se consume en el resto del mundo, de ahí la confusión. El origen del nombre no es muy interesante: fue y sigue siendo la denominación comercial de una de las pocas fábricas que existen (las demás comercializan variaciones de "maíz inflado"), que por supuesto luego se vulgarizó.
Por otra parte, acabo de ver que el DRAE hace derivar "patata" de "un cruce entre papa y batata", pero dice también que "batata" ¡proviene a su vez de "patata"! ¿Es el Eterno Retorno Etimológico? Casares (cuándo no) ya propuso la enmienda hace décadas, en una serie de artículos sobre los nombres de los tubérculos y su origen (Cosas del Lenguaje 59-68).
A grandes rasgos o a poca comprensión mía, puede decirse que el marcador de singular en absolutivo del náhuatl es -tl para palabras con raíz terminada en vocal y -tli para las que terminan en consonante, siendo -li una asimilación cuando la consonante en cuestión es l. Por ejemplo, ''xochi'' ("flor") sería la forma no marcada de ''xochitl'' usada en ergativo (se agradece la asesoría de nahuatlatos y ''euskaldunak''), ''itzcuin'' ("perro") de itzcuintli y ''cal'' ("casa") de ''calli'' y ''teocalli '' es "casa de los dioses" :b. Debo decir sí que hay cientos de excepciones a esto. Las palabras en -tl suelen castellanizarse en -te: tomatl, xocolatl, ahuacatl, molcaxitl (>molcajete), papalotl; las que terminan en -tli dan -tle o cosas raras: xoloitzuintli (xolozcuintle), itzuintli (>escuincle); y las de -li dan -l: azcatl + molli>azcamolli (>escamol), quetzalli (>quetzal), tamalli...
ResponderEliminarSigo discrepando, no es ''correcto'' "los aztecas náhuatl", aunque puede pasar "los incas quechuas" si no se es muy quisquilloso. Náhuatl puede servir como adjetivo, pero de la lengua: "La fonología náhuatl me cuesta un poco". Para la gente que habla náhuatl se dice "nahuatlato" y los pueblos que en principio la hablaban eran los "nahuas". Quechua es de sentido algo más laxo, pero "Inca quechua" es o redundante o erróneo (todos los quechuas de cierta época eran incas, no todos los incas eran quechuas ni menos todos los quechuahablantes eran incas).
Muchos saludos. ¡Su blog es lo máximo en filoblogía!
Ups, donde dice "Por ejemplo, ''xochi'' ("flor") sería la forma no marcada de ''xochitl'' usada en ergativo", quería decir que xochi es lo que está en ergativo...
ResponderEliminarSobre el tema de los adjetivos... no son tales, son nombres en aposición redudantes, o al menos ésa era mi intención... porque todo el mundo conoce a los incas y a los aztecas, pero pocos saben (al menos en Europa) que hoy en día perviven en las lenguas quechua y náhuatl respectivamente.
ResponderEliminarBien podría haber dicho incas de habla quechua y aztecas de habla náhuatl, pero me resultaba más sugerente del modo en el cual lo he puesto, y de hecho he puesto en cursiva uno de los elementos redudantes de ambos sintagmas nominales para que se perciba esta identificación más claramente.
Corrijo lo de "pochoclos" a "pochoclo".
Sabía que "papa" tiene un uso muy extendido, pero al parecer su origen es quechua, frente al taíno "batata", que por confusión con "papa" (?) dio "patata" en castellano peninsular estandar.
Y sí, la 4º lengua amerindia que influyó fuertemente en el español fue la guaraní, desde Venezuela hasta Argentina.
Esta misma mañana casualmente, leyendo la bilingüe caja de cereales, me he enterado de que en portugués tampoco tomaron prestada ninguna palabra amerindia para "maíz", sino que sustituyeron significado del "milium" latino (mijo), y así pues, maíz se dice milho en portugués (por lo menos peninsular), y mijo se dice milhete.
ResponderEliminarEn inglés se usó también una palabra que ya se usaba para granos cereálicos anteriormente como es corn (emparentado con "grano"), pero existe a su vez maize como dialectal británico, mientras que mijo en inglés proviene desde el francés millet, diminutivo al igual que el término portugués.
También la RAE recoge como tercer significado del "mijo" castellano "maíz"!!
(Pero si es que estas dos plantas no se parecen en nada! xD)
Hola!
ResponderEliminarfilólogos fantásticos y fantásticos filólogos! Nos encantaría tener información sobre las jornadas sobre Tolkien (a ver si podemos ir)...
Por cierto, sabéis si tiene algún significado el nombre de "Beowulf"?
Un saludo admirativo
Hablando de escualos, he leído en varios sitios que el shark inglés proviene del vocablo maya xoc. De hecho, los ingleses utilizaron una forma adaptada de 'tiburón' hasta finales del XVI.
ResponderEliminarSaludos!
Y aunque voy un poco de memoria (no tengo mi pdf de náhuatl a mano), creo que en náhuatl la distinción no es absolutivo/ergativo sino absolutivo/poseído... nantli 'madre' / nonan 'mi madre'; cihuatl 'mujer' / nocihuauh 'mi mujer', etc.
ResponderEliminarsoy de una region que podria ser de los confines del imperio inca hacia el norte, es el sur del actual departamento del Cauca. aqui se extingio la lengua quechua hace 500 años pero en los sectores rurales los campesinos utilizan frecuentemente quechuismos como : JIGRA: especie de bolsa o costal de fibra vegetal; GUANGO: atado de leña o ramas ; CONCHO : parte espesa que va al fondo .
ResponderEliminarMULLUPA: bolsillo escondido . MAITO : Paquete o atado; CHUSPA : bolsa o costal.; QUINDE : colibri.; CALLANA : Especie de olla de barro. NINACURO : luciernaga o cocuyo. ; PURICHINGA : Semilla caida de un arbol. y otra gran cantidad de vocablos que han enriqusido el castellano.
Muy interesante lo que nos comentas, Anónimo. Está claro que aunque la lengua que se hablaba anteriormente en una zona haya desaparecido, ésta marca totalmente la forma de hablar la lengua posterior superpuesta :)
ResponderEliminarAunque sepamos esto siempre es apasionante descubrir mediante indagaciones propias hechos como los que cuentas.
No fuisteis sólo los vascos (y los portugueses). Donde crecí, en las Cinco Villas (al norte de la provincia de Zaragoza), el maíz se llamaba "panizo", que antes significó mijo, creo. Y según el DRAE, la misma palabra "mijo" significa "maíz" "en algunas partes". ¡Pobre mijo!
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