lunes, noviembre 19, 2007

Choclo taíno, maní náhuatl

Antes de continuar con la serie gramatical ainu, que puede resultar densa, voy a intercalar un post sencillo de curiosidades lingüísticas.

Resulta de lo más llamativo cuando uno comprueba que ciertas diferencias dialectales transatlánticas, en lo que a léxico se refiere, provienen de la elección de una u otra lengua amerindia a la hora de nombrar a objetos relativamente novedosos para la vieja cultura europea.

Cuando los españoles llegaron al nuevo continente americano desembarcaron primeramente en las Bahamas, que venían a estar habitadas por aquel entonces por taínos arahuacos, cuyos más graves enemigos eran los feroces caribes.

De este pacífico pueblo taíno (que también convivía con guaraníes en el continente) no dudaron en tomar prestadas directamente palabras que denotaban conceptos que en las Américas se asumían como cosas del día día:

Hamaca, barbacoa, cacique, canoa, maraca, tiburón, huracán...

Algunas con ligeros cambios semánticos: barbacoa era el nombre de una serie de palos utilizados a modo de parrilla, cacique era el jefe de la tribu....

Muchas de estas palabras pasaron posteriormente desde el castellano a otras lenguas europeas hasta su universalización actual.

Otras palabras que ya existían para denominar las mismas ideas fueron sustituidas, como es el caso de escualo (tiburón), que desde el latino squalus esté posiblemente emparentada con el anglosajón shark, ambas de la raíz indoeuropea *skêu-, cortar, de donde viene también la sierra saw inglesa, a cuya forma tanto nos recuerda la hilera de dientes de dicho animal.

Pero aunque fueron los humildes taínos los primeros heraldos americanos ante los españoles y los primeros en influir en la visión de las cosas de allí en Europa, hubo otras civilizaciones mucho más importantes que marcaron también el estado de las cosas en esta materia léxica, a pesar de que los contactos fueron bastante posteriores.

Estamos hablando de los aztecas náhuatl de Mesoamérica y los incas quechua de los Andes.

Del náhuatl el intercambio verbal fue prolífico y se obtuvieron los nombres para cosas tan corrientes hoy en día como chocolate, tomate o cacahuete, este último de uso en la península alternándose también, y más habitual en algunos dialectos transcontinentales, con maní, proveniente de nuestra querida lengua taína.
De las lenguas amerindias se usan sustantivos que representan hechos tan de actualidad como lo fue el chapapote (del náhuatl, aunque en mi entorno siempre se había usado, hasta el tema del Prestige, galipot, del francés) o cayuco (embarcación, relacionada en los medios de comunicación con el drama de la inmigración africana, y otra vez no oída por mí previamente a su aparición en ellos), voz taína de nuevo.
Otro pariente orgánico del chapapote también toma su nombre del náhuatl: chicle, también llamado goma de mascar.
Todos estos préstamos del náhuatl reflejan la terminación del caso absolutivo -tl, -ti o -li, de modo similar al que los préstamos arábigos poseen su artículo al-.

Del quechua en cambio, por avatares históricos (esto es, que posiblemente para cuando se hicieron extensivas las relaciones hispano-incas la mayoría de las novedades americanas ya estaban reveladas), gran parte de los términos prestados no llegaron a la península o su uso se limita a realidades andinas que no han repercutido en la sociedad europea (cóndor, guano, llama, pampa, puma, quena...). Si acaso cancha sí que llegó y es ampliamente utilizado (sobre todo en lo referido al baloncesto) y la infamemente famosa coca.

Pero hay palabras de origen quechua en español que se utilizan habitualmente en los dialectos de los países adyacentes a los Andes, como por ejemplo mate, papa...

Especialmente notable es aquí el diferente término usado para un común alimento llamado maíz (del taíno) en castellano peninsular y choclo (del quechua) en el español argentino rioplatense. No voy a negar que me llamó mucho la atención cuando me enteré de la existencia de pochoclo... (los vascos, sin embargo, optamos por no tomar ningún préstamo y variar semánticamente la palabra para el viejo mijo euroasiático de tal forma que arto significase maíz y artatxiki, pequeño maíz, mijo).

jueves, noviembre 15, 2007

Palabras que te transportan

La función evocadora del lenguaje es una de las más poderosas. ¿Quién no ha sentido los influjos de una palabra que, dicha en un contexto cotidiano, lograba transportarte a lugares sólo soñados. Recuerdo a un compañero del canal #tierra_media del IRC que decía que, en su trabajo, se sentía transportado a las verdes llanuras de Rohan cada vez que en uno de los papeles de su empresa veía un logotipo que decía "Es propiedad de la Marca".

Pero existen palabras cuyo poder transportador está oculto, y que sólo puede ser recuperado gracias a las secretas artes de la Etimología. De esto tratará este post: de encontrarnos pequeñas y humildes palabras que, si se repara en ellas y en su origen, son capaces de llevar a quien las escucha a los lugares más recónditos y los rincones más apartados del mundo.

Pongamos un ejemplo. Cualquier persona puede llegar a su casa, en el barrio de Cuatro Caminos, por ejemplo, acercarse a su ventana, y encontrarse de pronto en uno de los países más evocadores de la Tierra, sólo con abrir la persiana.

Porque "persiana" significa, originalmente, lo que su propio nombre indica: "natural de Persia". Nos llegó por el francés "persienne", del francés antiguo "persien", adjetivo que acompañaba a "ventana": "ventanas persas", en definitiva. En el siglo XVIII tenían claro el origen oriental del utensilio, que llegó a ser incluso llamado "sultanas". ¿Es o no interesante? Esa persona que se asoma a su ventana puede realizar todo un viaje al antiguo Irán.

Iluminado por ese descubrimiento, decide bajar a la calle a celebrarlo. Se coloca su corbata... y de pronto, alza la vista y descubre que se encuentra entre rudos soldados eslavos, viajando por las tierras italianas. Los hombres que le rodean visten una tela en torno al cuello, y los italianos que les ven los llaman "¡cravatte! ¡cravatte!". Porque, en efecto, estas personas, y la tela que usan en el cuello toma su nombre de ellos, provienen de la cercana pero no por ello menos exótica... ¡Croacia!

Con gran esfuerzo nuestro amigo vuelve a su barrio; las corbatas son una cosa, pero no le gustaría recordar que, en opinión de algunos, los "siervos" habían dado lugar al vecino país de Servia (actualmente Serbia... y no, no parece que provenga de ahí), y que su hiperónimo, los "eslavos", dio lugar a la palabra "esclavos" (esto sí está confirmado: el latín SCLAVUS proviene del griego SKLABENOI, que vendría a ser lo mismo que "eslovenos"). Ya hablamos de ello anteriormente.

Decíamos que nuestro amigo coge su coche... y se encuentra de nuevo perplejo. ¿¿Hungría?? ¿¿Qué hace en Hungría?? ¡"Coche" es la palabra más normal del mundo, igual que el resto de lenguas europeas, que... ehm... vale, que usan derivados de "carro" (como el inglés car), o de "auto-móvil" (que se mueve por sí solo, esto es, sin caballos), o de la raíz VEHERE (igual que el "vector" castellano, el voiture francés), o... bien, vale. ¿De dónde viene "coche"?

Pues, efectivamente, viene del húngaro kocsi, que era un tipo de calesa tirada por caballos. Por qué el castellano decidió generalizar esta palabra en vez de cualquier otra de las que tenía a su disposición, no lo sabemos (...¡aún!).

En cualquier caso este personaje ha tomado ya su coche, se ha cruzado con una limusina... y ha aparecido, por arte de magia, en la región francesa de Limoges, de donde el término "lemosín" (que además de designar una variedad de la lengua occitana llegó a usarse para referirse al catalán), y donde se cuenta que la carrocería de estos coches se asemejaba a las capuchas de los pastores de Limoges.

Dado que ya ha pasado los Pirineos, nuestro hombre continúa en dirección sur y se encuentra en la Picardie, otra región histórica francesa con fuerte identidad... y cuyo nombre proviene de picardo, "picador", nombre que recibían los campesinos del norte de París. De "picar" proviene también la simpática palabra pícaro y las "picardías" que éstos hacen. Y la prenda llamada igual, claro. ¡Región fecunda ésta!

Pero nuestro amigo ya empieza a cansarse: tanto ir a tumbos de un lugar a otro sin conocer ninguna de sus etimologías le hace creerse un patán... y de pronto, las altísimas cumbres de Afganistán le han rodeado y parecen estar a punto de desplomarse sobre él, mientras tribus de pashtunes le explican, con amabilidad, que "patán" es precisamente otra forma de designar en castellano a esta etnia mayoritaria en el centro del país afgano. Aunque el RAE dice que la voz despectiva española proviene de "pata"...

Y esta pata, en fin, nos da pie para terminar nuestro viaje. Tras el viaje físico de hace un par de posts, hemos tenido ahora un viaje metafórico, que podría ampliarse mucho más... y quizás se amplíe, en otra ocasión. ¡Ahora a descansar!

lunes, noviembre 12, 2007

Apuntes de Ainu II: Morfología nominal

Continúo republicando estos esbozos gramaticales de la lengua Ainu que hice en su tiempo.
Este fin de semana, gracias a Ardaleth, que me lo ha prestado, he conseguido una gramática ainu como nueva fuente de información. Aún no he tenido tiempo más que de hojearlo, y por ello ahora mismo me arriesgo a publicar datos parcialmente analizados, pero en su momento revisaré esta entrega y ampliaré si es necesario.

Morfología: sustantivos

Este post tratará sobre cuestiones relacionadas con los sustantivos (i.e. nombres) en la lengua Ainu.

Los sustantivos en Ainu no varían morfológicamente (esto es, la forma no cambia) por declinación casual (como por ejemplo en latín, Nominativo, 'sujeto', homo, Acusativo, 'objeto directo', hominem), género (como en castellano masc. gato, fem. gata) ni número (en castellano sg. gato, pl. gatos). Vamos, tal y como sucede en el japonés (y en otras lenguas, por supuesto).
Pero existe una distinción en los sustantivos bastante peculiar (yo por lo menos no lo había visto hasta ahora en ninguna otra lengua): distingue morfológicamente entre sustantivos que denotan ideas generales (o abstracciones) y sustantivos que se refieren a objetos concretos.

A esta forma de los sustantivos la llaman "forma poseída", pues se utiliza junto con los prefijos que indican posesión de un objeto por parte de una persona (equivalentes a mi, tu, su, nuestro, vuestro, su).

La forma poseída de un sustantivo suele llevar la sílaba -hV sufijada, donde V es la vocal de la anterior sílaba. Aunque (supongo que se debe a la variación dialectal, recordad que no existe un "Ainu estándar") esta forma no siempre lleva la consonante -h-, existe también la posibilidad de hacer la forma poseída tan sólo añadiendo una vocal sufijada o en muchos casos esta forma es indiferenciada de la forma normal del sustantivo.

Veamos ejemplos para aclarar esto:

Forma normal

Forma poseída

Significado

apa

apa / apaha

puerta

unu

unu / unuhu

madre

sapa

sapa / sapaha

cabeza



En estos ejemplos el sustantivo en forma normal se refiere a idea en general, como en la frase por ejemplo "las puertas suelen ser de madera", "las madres son cariñosas" o "las cabezas tienen pelo"; se refiere a cosas generales.
Los sustantivos en forma poseída están refiriéndose a un objeto concreto, "mi puerta", "tu madre", "su cabeza", etc.
En estos sustantivos expuestos la forma poseída puede ser también idéntica a la normal (apa, unu, sapa).

Forma normal

Forma poseída

Significado

ak

aki / akihi

hermano menor

yup

yupi / yupihi

hermano mayor

cep

cepi / cepihi

pez



En este otro grupo de sustantivos en cambio la forma poseída es siempre diferenciada mediante la adición de -i o -ihi (vocal neutra).

Forma normal

Forma poseída

Significado

kisar

kisara / kisaraha

pierna

tek

teke / tekehe

mano

kotor

kotoro / kotoroho

máscara



Este otro grupo también tiene una forma poseída siempre diferenciada, en este caso mediante la reduplicación de la vocal de la última sílaba, -V, o de -VhV. ¿Recordáis la armonía vocálica que comenté en el post de Fonética? Pues se refería a las vocales que se añaden en este grupo y el anterior a la forma poseída.
Así que en definitiva si una palabra termina en vocal la forma poseída es idéntica a la normal o a la vocal más -hV, mientras que si termina en consonante la vocal que se agrega no es predictible (aunque sigue las reglas de armonía vocálica).
Lo de la forma poseída no tiene una norma regular, así que es dificil saber dado un sustantivo cual es su forma poseída, son de ese tipo de cosas que hay que aprender de memoria (y no, no tengo una lista exahustiva de las formas correspondientes a varios sustantivos).

Los prefijos posesivos personales que se añaden a los sustantivos en forma poseída son los siguientes:

Persona

Singular

Plural

ku-

ci- (excl.) / a(n)- (incl.)

e-

eci-

-

-



Son exactamente los mismos que las marcas de sujeto de verbo transitivo en Ainu coloquial, pero esto ya lo veremos cuando trate la morfología verbal.

El prefijo que he indicado como excl. quiere decir que es 1ª persona del plural exclusiva, esto es, que incluye a los hablantes pero a ninguno de los receptores ("yo y otro(s) que no son tú" = nosotros), mientras que lo que he marcado como incl. indica 1ª persona del plural inclusivo, que incluye al receptor o receptores ("yo y tú" = nosotros).

Así, pues, los sustantivos poseídos quedarían así:
ku-apaha / ku-apa: mi puerta
e-unuhu / e-unu: tu madre
sapaha / sapa: su cabeza
ci-aki / ci-akihi: nuestros hermanos menores (pero no los tuyos)
an-teke / an-tekehe: nuestras manos (las tuyas y las mías)
eci-yupi / eci-yupihi: vuestros hermanos mayores

Ved que la 3ª persona no tiene marcas, y por tanto un sustantivo en forma poseída significa ya de por sí "su tal" (siendo ese "su" tanto de singular como de plural: "de él" o "de ellos", confusión que sucede de igual modo en castellano).


Antes he comentado que el sustantivo tampoco varía su forma según su número:

sine aynu: un hombre
tu aynu: dos hombres

Como véis, "aynu" es inmutable en lo que respecta a su número.

Sin embargo, existe un sufijo que indica plural o colectivo, similar a los japoneses - tachi o -domo: -utar
aynu-utar: hombres
cip-utar: barcos

Realmente significa algo así como "X y otros".

Existe una distinción curiosa entre los sustantivos que entran dentro de un colectivo y los que no mediante el uso del sufijo de la forma poseída de un sustantivo. Veamos el ejemplo:

ku-yup-i: mi hermano mayor
ku-yup-i-utar: mi hermano mayor y otros
ku-yup-utar-i: mis hermanos mayores

Nominalizadores:

Hay una cierta variedad de sufijos que convierten palabras de otras categorías gramaticales en sustantivos, con distintos usos:

-p(e): a partir de verbos/adjetivos produce sustantivos que significa ese verbo caracterizando a una cosa o persona (no definida).

-i: significa "lugar o tiempo de"


-ike: genera sustantivos abstractos ("grandeza") o al igual que -p(e) cosa o persona que tal.

-kur: funciona parecido a -p(e) pero se refiere sólo a persona.

Ejemplos:

-p(e)

pirka: bueno (adj.)
pirka-p: cosa buena (sust.)

husko: viejo (adj.)
husko-p: cosa vieja (sust.)

wen: malo (adj.)
wen-pe: persona pobre (sust.) (aquí hay un leve cambio de significado)

ray: morir (verb.)
ray-pe: persona muerta (sust.)


-i

sinean: (ser) uno (adj./verb.)
sinean-i: un lugar, un tiempo (sust.)


-ike

pirka: bueno (adj.)
pirka-ike: bondad (sust. abstracto), cosa o persona buena (sust.)

poro: grande (adj.)
poro-ike: grandeza (sust. abstracto), cosa o persona grande (sust.)


-kur

ray: morir (verb.)
ray-kur: muerto (sust.)



Adicionalmente merece la pena señalar que tanto -p(e) como -i y -kur sirven también gramaticalmente para formar oraciones subordinadas, si se sufijan a un verbo al que le precede una oración (con sus complementos, sujeto y demás). De manera similar a como se hacen las oraciones subordinadas en japonés (ore ga miru hito: el hombre que yo veo):

ku-nukar-pe: yo-ver-NOM.: el que yo veo
ku-nukar-kur: yo-ver-hombre: el hombre que yo veo

tunas ek-pe: rápido venir-NOM.: el que viene rápido

kotan kor-kur: pueblo tener-hombre: el hombre que tiene un pueblo: jefe
ku-kor-kur: yo-tener-hombre: el hombre que yo tengo: mi marido

Tokaci wa ek pewre-kur: Tokachi desde venir (ser)joven-hombre: el hombre (que es) joven que viene de Tokachi.


Esto es lo que puedo contar del sustantivo por ahora, si hay dudas o no me he explicado muy bien no dudéis en preguntar.