Siempre me llamó la atención la palabra vasca que designaba "ciudad":
hiri.
Este interés fue principalmente motivado en inicio por la lectura del libro de
Federico Krvtwig "Garaldea" (lingüística surrealista como pocas); entre tanta teoría fantasiosa sobre el euskera quedaba un fino poso de realidad.
El término, escrito con hache en batua (euskera estándar), presenta al parece una leve aspiración inicial en algunos dialectos (pero no es común en la zona vascófona meridional), o al menos la grafía así debe presuponerlo, sin embargo no hay indicios que muestren un origen velar, esto es, de [x] o [k] anterior (como es el caso de otras haches iniciales del euskera, cf.
haitz peña, topónimo
Jaizkibel [xaiskibel],
harkaitz,
habia nido,
kabia,
hutxa caja,
kutxa,
hori ese, roncalés
kori,
hemen aquí, roncalés
keben,
harri piedra, irlandés
carraig, angloirlandés
carrick, britónico
*karreg, galés
carreg, bretón
karreg, córnico
karrek,
karregi), no hay **jiri [xiri] ni **kiri atestiguadas, así que puede que esa aspiración o bien tenga otro origen o sea un desarrollo secundario posterior.
En lengua íbera es ésta una de las pocas palabras que se pretende conocer con seguridad de su léxico, pues recordemos que esta lengua aún no ha sido descifrada, y el conocimiento que tenemos de ella es muy parcial (en ambos sentidos).
El vocablo íbero se suele presentar bajo la forma
iltu(
r),
illu(
r),
ilti(
r),
illi(
r).
Esta variedad de formas no lo es tanto, al fin y al cabo tenemos que tener en cuenta que la "lengua" íbera abarcaba en su tiempo territorios desde los pirineos orientales hasta la costa oriental andaluza, lo que dada la época y la incohesión política de sus dominios hace suponer claramente que se trate de un conjunto de dialectos interrelacionados antes que de una lengua. Además, los cambios que presenta esta palabra son bien pocos:
- La vacilación -lt- / -ll- es un típico cambio fonético de asimilación progresiva, que pasaría por una etapa intermedia de -ld- (sonorización de la oclusiva), pero como -t- y -d- son el mismo fonema en íbero, no habría diferencia y el cambio sería de lo más normal. También podría tratarse de disimilación de -ll- a -lt- (menos común pero posible).
- La alternancia -u-/-i- es muy común (véase la y griega o la u francesa), y más en este caso que el cambio hacia una u otra vocal podría estar condicionada por dos factores: la consonante líquida y la i inicial.
- Es más destacable la opcionalidad de la -r final, que o bien puede tratarse de un sufijo nominal y/o declinativo o parte de la alternancia propia de la raíz (como sucede en euskera en varias raíces:
go(r), crudo, rojo, duro,
egu(r/n), día, sol, leña,
zu(r), madera, blanco,
ho(r/n) deíctico de proximidad).
La palabra íbera aparece frecuentemente en topónimos pertenecientes a su zona lingüística (ver
este mapa, que lo equipara con el -briga céltico en cuanto a frecuencia toponímica prerromana peninsular):
Illiber(r)is aparece en muchos antiguos lugares íberos (por ejemplo, Elvira, actual Granada), muy tentativamente traducido como "Ciudad Nueva" o "Villanueva", en base al modelo vasco "Hiriberri", topónimo al cual se superpone geográficamente y mezcla en época antigua, como son los casos de Illiberris en la Aquitania, Liberri y Lumbier en Navarra, deducibles de Illiberri, el segundo más bien de *Illunberri.
También aparece en uno de los nombres que los geógrafos griegos (Estrabón) dan a
Huesca (Osca en latín, supuestamente Bolskan en algunas inscripciones íberas):
Ileoskan.
Si la forma original (más arcaica) íbera fuera
iltur no debería descartarse que el vasco
itur estuviera emparentado, a pesar de que su significado habitual sea el de "fuente", pues es abundante en la toponímia desde muy antiguo (Ituren, Iturmendi, etc.), aunque también en romance con ese significado (Fuenclara, Fuendetodos, Fuentedé). Tanto
itur como *
ilur contienen el elemento -ur ('agua'), en el caso de la "fuente" la relación es evidente (pero
ur, agua, tiene -r vibrante simple, ur-a con el artículo definido, mientras que en
itur es vibrante múltiple, en su forma normal
iturri, iturri-a con artículo definido).
Yo ya propusé una vez la relación entre uri (ciudad) y ur (agua), pues es elemento determinante de una ciudad el tener una fuente de agua cercana, ya sea por río o mar, y regla
sine qua non para las urbes de la Antigüedad. Claro que esto sería una explicación etimológica de la palabra desde las raíces propias de la lengua, pero como se verá es más posible que no se trate de un término intrínseco del euskera (cuando por otra parte no es la ciudad el hábitat normal de la tradición vasca, sino el pueblo o el caserío,
herri y
baserri, bas-erri 'pueblo del bosque', respectivamente).
He de precisar que obsoleta como está desde hace mucho ya la teoría vasco-iberista que agrupa a estas lenguas bajo una misma familia lingüística (hoy en día se considera que simplemente comparten características areales) estos términos se entenderían como préstamos del íbero al euskera.
Las demás versiones euskéricas y toponímicas vascas de la palabra incluyen una -r- media y las vocales i y/o u: hiri, iri, iru, uri, uru (Uribarri es muy común, Hiribarri es practicamente un neologismo para traducir Villanueva al euskera, Irun, Irunea, Irurtzun, Iruri, Uruña...). Esto sería fácilmente explicable desde un *illi anterior puesto que el euskera regularmente transforma -l- / -ll- a -r- en posición intervocálica (A
lava -> A
raba, Aya
la -> Aia
ra, Subo
la -> Zube
roa, euska
ra/euska
ldun, abe
re/abe
ldun), al igual que el romance gascón.
Hay otros topónimos fuera de la zona vascófona moderna, pero sí prerromana, como Iluron > Oloron (mantiene la -l-), en la región del Bearn en Gascuña, adyacente a la provincia vasca de Zuberoa.
También Julio Caro Baroja enlazaba el sufijo -urris con ciudad en vascón, como en Calagurris (Calahorra, La Rioja), y la ciudad de Gracco (un general romano),
Graccurris, antes conocida como "
Ilurcis" (Alfaro, La Rioja). De tal modo la líquida es -rr- (vibrante múltiple) y no se explicaría la -r- evolucionada de -l-, pero llama la atención hacia la similitud entre
hiri (ciudad) y
herri (pueblo), cuya diferencia fonética apenas no es sino sólo esa. Adicionalmente esos dos topónimos de zona de contacto entre celtíberos y vascones nos sugieren *kurri/*gurri como "ciudad" (de ahí sí tendría sentido la h- de hiri....¿o incluso la de herri?).
Y bien, que ni siquiera hemos salido aún de la península ibérica. Sin salir de ella podemos agregar el elemento semítico, en forma de la presencia de fenicios y cartaginenses de manera continuada y antigua en toda la costa mediterránea ibérica, en contacto directo con íberos, tartésicos y turdetanos (no falta quién explica "Hispania" como procedente de la lengua fenicia).
Puede incluso ser que fueran ellos (los semitas) los primeros en fundar realmente "ciudades" en la península (seguidos de los griegos, y luegos los íberos bajo toda esta influencia civilizadora mediterránea).
No conozco de la relación directa entre la lengua fenicia, el íbero iltir y el vascón *illi, pero sí el término hebreo (muy estrechamente emparentado con las demás lenguas de Cananea como es el fenicio) para designar ciudad:
´ir עיר (´ indica el 'espíritu áspero o fuerte' del griego, transcrito generalmente como h-, como en hydro ύδρο-, que es la letra ע ´ayin hebrea, que contrasta con el 'espíritu suave o débil' de la letra א `alef hebrea).
Con esa palabra se han intentado explicar topónimos como
Jerusalem יְרוּשָׁלַיִם ('Ciudad de la Paz', aunque jeru- se relacionó posteriormente con el adjetivo
hieros griego, sagrado, como en "jeroglífico"), que los egipcios llamaban
Urusalimum y los asirios
Ursalimmu.
Desde Canáan viramos un poco hacia el noroeste, siguiendo la costa hasta llegar a la Troya de Homero, llamada
Ilion o
Ilios, de donde viene
La Iliada. Este mítico topónimo parece que fue anteriormente Wilion / Wilios, con digamma griega (letra que se perdió luego, aunque dejó una 'espíritu suave' en su lugar en muchos casos: Ίλιον), y se relaciona con la palabra hitita Wilusa, referida a una ciudad tributaria del Imperio Hitita (pero no de lengua hitita - indoeuropea) en la costa occidental de Anatolia que había sido atacada por los aqueos. Su coincidencia fonética con el *illi íbero/vascón es percibible a simple vista y resulta casi idéntica a topónimos vascos como Irun o Irunea.
Nuestro viaje continúa sin salir de la zona de influencia semítica hacia Oriente, claro que ahora la influencia no va desde los semitas sino hacia los semitas; y es que hablo de Sumer, Sumeria, en la vieja Mesopotamia pre-semítica.
Sumer es una de las primeras civilizaciones del Ser Humano (si no la primera en su sentido más literal, civilización -> ciudad), y si por algo se caracteriza es por sus ciudades-estado, entre las cuales se encontraban las vetustas Ur y Uruk.
Efectivamente,
uru significa "ciudad" en sumerio (documentado en textos independientemente de esos topónimos).
La civilización semita que surge de las cenizas de Sumer es Acadia y luego Babilonia. En acadio-babilónico ciudad se decía
âlum, en su forma constructra
âl(
i), muy poco concluyente la verdad, aunque pueda estar emparentado con el
´ir hebreo, y si no me equivoco con cierto
el árabe para "ciudad" (al menos en topónimos).
Vecino de Sumer era el reino de Elam.
Los elamitas hablaban una lengua no indoeuropea (al igual que el sumerio, dicho sea de paso), y se especula que migraron a la actual Persia desde África y en una época contemporánea a los sumerios establecieron ahí su reino. Posteriormente se dirigieron hacia el Este y entraron en el subcontinente indio por el noroeste de éste y avanzaron hacia el Sur (probablemente por la presión indoeuropea del Norte), dando lugar a las lenguas dravídicas de la India (mayoritariamente en el Sur, y algunas arcaicas en el noroeste).
En las lenguas dravídicas los romanos (Plinio y Ptolomeo) documentan el sufijo
-our u
-oura significando "ciudad", en proto-dravidico *
ûr (
The Dravidian Languages. Bhadriraju Krishnamurti).
Por último tenemos la palabra que aparece en el título del post ('A la Ciudad y al Mundo'), la latina
urbs, cuyo origen no está nada claro, por un lado se dice que es de origen etrusco, y por otro se afirma su
origen indoeuropeo, emparentado con "vardanam" (lugar fortificado, ciudad, en Persa Antiguo), de la raíz *werg- (envolver, proteger). En cualquier caso, la inclusión de "urbe" aquí es poco más que anecdótica.
Soy consciente de que he mezclado un poco todo y no he dado una versión clara del asunto, pero el hecho es que las cosas son así, no hay ninguna teoría universal que una todo esto, y muy posiblemente algunos o varios de estos términos no sean más que coincidencias fonéticas casuales entre dos lenguas, teniendo en cuenta la variedad de lenguas tratadas y lo corta que es la palabra.
Mi opinión, pues, sería que la palabra se origina en Mesopotamia (Sumer) y ésta es prestada por un lado al Este a los elamitas que la llevan a la India (dravídicos), y por otro al Oeste a los semitas (¿y a los troyanos de lengua desconocida?) que la llevan al Mediterráneo occidental junto con el concepto nuevo que representa ("ciudad"), que es adoptada por íberos, que a su vez se la prestan a los vascones y aquitanos (o estos la toman prestada directamente de semitas).
Pero en todo ese recorrido hay muchas lagunas, algunos cambios fonéticos inexplicables y coincidencias con otras palabras no relacionadas (de todas formas hemos visto ya otros casos igualmente intrincados con ejemplos de lenguas modernas).
Así que al final puede que simplemente todos se pusieron de acuerdo para inventar palabras parecidas...
El mapa muestra de manera simple la localización de los diversos términos para ciudad en la Antigüedad: