Muerte al artículo
Tras estudiar lingüística histórica (y creo que incluso antes), me comenzaron a llamar poderosamente la atención los fenómenos de cambio lingüístico contemporáneos: los cambios en el idioma que sucedían frente a mis mismas narices. Son difíciles de ver, de la misma forma que no detectamos cómo crece día a día una persona de nuestro entorno, pero ahí están.
Creo que se está produciendo en este momento (y no me suena haberlo visto reseñado en ninguna publicación) un proceso de "desaparición de los artículos", en un sector muy concreto: la toponimia.
Hasta hace pocos años la forma normal de nombrar a varios países sudamericanos era con artículo: "el Perú", "la Argentina", "el Brasil", "el Uruguay". Hoy en España ese uso está totalmente desterrado: Perú, Argentina, Brasil, Uruguay son las formas habituales. Con otros exónimos ocurre lo mismo: "los Estados Unidos" ahora son, normalmente, "Estados Unidos"; la Policía Montada del Canadá hoy en día sería "de Canadá"; "la China" o "la India" hoy son simplemente "China" e "India". Incluso formas tan claras como "los Países Bajos" o "el Reino Unido" son ahora "Países Bajos" y "Reino Unido" (pronunciado "reinounido", así todo junto). Habría muchísimos más ejemplos.
Pero esto no ocurre sólo con los nombres de países. La toponimia urbana de Madrid presenta varios ejemplos. La plaza del Callao es ahora "Callao"; el Batán ya es sólo "Batán"; la Gran Vía es cada vez más simplemente "Gran Vía". "Ciudad Universitaria" y "Ciudad Lineal" han perdido ya su artículo de forma definitiva, y "la Moncloa" ya sólo lo conserva para referirse al Palacio, y no al barrio. La Casa de Campo ha conseguido mantenerlo por ahora; pero seguro que no le queda demasiado.
Algunos topónimos incorporan el artículo como parte integrante del propio nombre, como "La Haya", "Las Palmas" o "El Cairo". Parece que estos casos están consiguiendo mantenerlo con mayor éxito... aunque ejemplos como "Coruña" y "Ferrol" podrían hacer albergar temores sobre su futuro, incluso en estos casos.
En cualquier caso, desde nuestra óptica descriptivista, lo interesante es la observación del fenómeno. Y si de paso podemos sacarle una foto y decir dentro de treinta años, cuando ya todo el mundo diga "Logroño, capital de Rioja" o "Paz, capital de Bolivia", "yo me di cuentaaa, yo estaba alliiii"... pero habrá que esperar. Hasta entonces... sigamos filoblogueando.