Landa Lan
Con motivo del Primer Aniversario de este sitio, que se cumplirá el sábado que entra, FilóbLogos se complace en obsequiarles con... la crónica de nuestro Viaje a la Gasconha!
Señores y señoras, mesdames et messieurs, senhors e daunas... ¡FilóbLogos se ha ido de viaje! Físicamente, me refiero. Fiondil y yo hemos decidido comprobar si eran ciertas muchas de las cosas que decíamos sobre esos extraños lenguajes del mundo. Sí, habíamos leído muchas cosas sobre ellos, pero ¿no nos mentirían acaso todos los libros? Pues hemos cogido los bártulos, el coche y un par de mapas, y nos hemos echado al monte; en concreto... a la Gasconha Pirenaica!
Este nuestro primer viaje de Turismo Lingüístico ha empezado de forma interesantísima. Baste decir que comenzamos a escribir este post, en la noche de nuestro segundo día, desde una posada de Lescun, pueblecito a unos 900 metros en medio del col de Somport (de SUMMUS PORTUS, o sea, que no hay nada más arriba), en pleno valle bearnés de Aspe (de Haitz-pe, "bajo la roca", topónimo vasco conocidísimo... y es que las relaciones entre el Béarn y el País Vasco son un tanto peculiares, como luego veremos). Creo que ha sido el post escrito en un entorno más bucólico de la historia de este blog.
Comenzamos el viaje en un territorio gascón típico y pintoresco, aunque no pirenaico, las Landas, donde un servidor (Eleder) aprovechó para saludar a mi familha landesa. Aprovechamos para empaparnos de notas etnográficas sobre una región que fue zona de marismas hasta que a Napoleón III le dio por plantar pinos y pinos y más pinos, hasta desecar las marismas y convertir la zona en un bosque eterno. Esto explica también alguno de los topónimos de los pueblos en los que estuvimos, como Sabres ("arenas").
Enseguida pasamos por otra ciudad de nombre acuoso, Dax (de AQUENSIS, por sus aguas termales), único pueblo de Francia sin rotonda de entrada, lo que nos retuvo en él unas dos horas, y enfilamos sin parar hasta Orthez, sede del famoso equipo de baloncesto, y villa bearnesa con graves problemas de personalidad: en la mayor librería del pueblo, en la sección Regional, pudimos encontrar la discografía completa de la música tradicional... ¡¡vasca!! (que incluía, además, temas tan euskaldunes como "La virgen de Guadalupe". Alguien debería explicarles algo, ¿no?). Al menos encontramos lo que fue el descubrimiento musical del viaje hasta ahora: Nadau, una especie de Oskorri o Milladoiro gascón (su nombre es lo mismo que Nadal, "Navidad", con la vocalización de la L típica gascona).
Antes de volvernos locos también nosotros y acabar hablando en auvergnés, fuimos a la capital actual del Departamento de los Pirineos Atlánticos, extraña subdivisión surgida de la Revolución Francesa (bajo el nombre de Bajos Pirineos) que reune, más o menos, al País Vasco de Ultrapuertos y al Béarn: Pau. Allí dormimos en un hôtel (palabra que, gracias a la simpática manía del francés de comerse las eses, significa tanto "Hotel" como "Hostal") de mala muerte. Pero la cosa era levantarse pronto para ver la capital bearnesa. Y a ello fuimos.
Capital bearnesa... bueno, bueno... habría mucho que hablar de eso, que por ese puesto pasaron sitios como Lescar, Morlans, Orthez, y alguna más. Y es importante, porque el Béarn es un país que fue totalmente independiente de Francia hasta el siglo XVI, en sucesiva relación de amistad con el Ducado de Gascuña,
Inglaterra, Francia, Aragón, Navarra... hasta que ciertos problemillas relativos al protestantismo hicieron que acabara uniéndose al Reino de Francia. Pero mientras tanto dio personajes tan interesantes como los miles de reyes Gastones (hubo tanto rey y duque Gaston que creemos ahora que el verdadero nombre de Gasconha debería haber sido Gastonha) o los Albret, reyes bearno-foix-navarros que tomaron París a cambio de una misa.
Vimos Navarrenx, precioso poblado con un bastión (y con hilo musical por las calles ¿?), y cuyo nombre obviamente parece hacer referencia a cierta otra región de por ahí cerca que no logro recordar exactamente... y Salvatierra de Béarn, donde murió el gran Duque Gaston III Febus, que extendió el Béarn hasta dominar todos los Pirineos, y donde por fin dejamos de ver símbolos vascos en tiendas bearnesas. Una pena, porque el siguiente pueblo ya era del País Vasco, estábamos justo en la frontera. Bueno.
Pasamos Sola a la carrera para detenernos sólo en Eskiula, un curioso pueblo del cantón de Oloron que dependiendo del mapa que mires es vasco o bearnés. Parece, no obstante, que allí sí lo tienen claro: ikurriñas por todas partes, lauburus... sólo faltaba que sirvieran katxis de kalimotxo.
La última etapa del día nos llevó al valle de Aspe, donde empezamos a escribir esto porque la niebla nos había atrapado y no podíamos salir. Bueno, no, pero suena dramático, ¿verdad? Bueno, en realidad sí nos atrapó la niebla al subir Somport y encontrarnos dos bares, uno en el lado bearnés y otro en el aragonés. Nada más llegar nosotros, el bearnés cerró, así que hemos tenido que pasar la muga y tomar algo en el de la zona aragonesa. Era normal, vaya, a esas horas... eran las siete o así, vaya horas para tener un bar abierto...
Tras probar suerte en Etsaut, un pueblo bearnés de nombre totalmente parecido al vasco Etxaut (excepto porque realmente es Eth Saut, "el salto" en bearnés), terminamos en Lescun, donde la mañana nos ofreció unas vistas inmejorables del Béarn más profundo (aunque por lo que habíamos subido y subido, lo de "profundo" no terminaba de convencerme demasiado, pero en fin... de hecho, era el pueblo más alto del Béarn, como descubrimos después!).
Tras dejar el valle de Aspe pasamos al de Ossau, segundo de los tres valles que forman el Alto Béarn, y enseguida llegamos a la Bigorre... ¡Un momento! ¿Y el tercer valle? Pues resulta que lo habíamos dejado atrás, de lo pequeñito que era ni nos habíamos enterado: Barètous.
Pasamos la Bigorre (nombre también sospechosamente parecido a "Baigorri", topónimo vasco-pirenaico... por cierto, ¿he dicho ya que la capital histórica de la Gasconha, Auch, patria de los ausci, ha sido relacionada con la palabra euskal? ejem, ejem) bastante rápido, pero encontrándonos algunos de los paisajes más maravillosos que hemos visto nunca, sobre todo en la subida al Tourmalet (umm, malh es "pico" en gascón, supongo que este topónimo vendrá de ahí... pero ¿cuál será su origen? Me acabo de dar cuenta...). Señores turistas, por favor, sigan yendo a la playa, gracias.
Fuimos recopilando argumentos por doquier sobre la no occitanidad del gascón, durante nuestro viadge ("viaje", por cierto, es una palabra española que proviene del catalán viatge... y la propia palabra "español" viene del provenzal ¿A que es curioso cómo se extiende el occitanismo?), que discutimos extensamente con el protagonista de la penúltima etapa,
que nos llevó hasta Tolosa (o Toulouse para los no iniciados): el autor de uno de nuestros blogs amigos Joan Peiroton.
Joan nos enseñó toda la ciudad, capital de Languedoc pero frontera con la Gasconha (tan frontera, que dos barrios hablan gascón y el resto languedociano! :D), con multitud de anécdotas sobre su historia. Incluso visitamos a la tienda de camisetas Adishatz (un Kukuxumuxu a la occitana, para entendernos), donde se empeñaron en que tuviéramos claro que el occitano no era lo mismo que el vasco (menos mal, después de lo de Orthez empezábamos a tener dudas). Un recorrido interesantísimo, con la mejor de las compañías que podíamos desear. ¡¡Merci hòrt, Joan!! (De la increible belleza de todas las tolosanas con las que nos cruzamos, en miles y miles, este blog no es el sitio para hablar, ejem)
Con dolor en el corazón abandonamos Tolosa, para volver a nuestras pirenaicas regiones, en concreto a Banhères de Luishon (más topónimos acuáticos, sí... por cierto, no confundirla con Banhèras de Bigorra, como bien ha explicado Joan hace poco, que en la Bigorra hacen el plural en -as y en Cominges en -es!). Allí presenciamos la triste derrota de la selección francesa de rugby, nos tomamos unos cubatas (nos costó adivinar cómo decir "cubata" en francés, hasta que dimos con la sencilla fórmula "ron-cola" :D) y nos preparamos para la última etapa, la visita a un valle al norte de los Pirineos, donde se habla un dialecto gascón de la variedad de Cominges, y que se llama... Aran!
Allí, traspasada la frontera política pero no la cultural, nos encontramos con el único valle norpirenaico que hay actualmente en España (que, a pesar de ser la cuna del Garona que desemboca en Burdeos, es gestionado por la Confederación Hidrográfica del Ebro... ¡No al imperialismo hidronímico!). Es, también, el único lugar de Gasconha donde el gascón es lengua oficial, aunque, según vimos, con problemas de contaminación por parte del catalán (es normal, siendo lenguas tan relacionadas, pero...).
No cansaré si digo que "Valle de Aran" es un nombre muy curioso, dado que en euskera, "Aran" significa "Valle", ¿verdad? (je, je) No, ahora en serio, estas coincidencias pueden perfectamente ser lógicas, dado que la actual Gasconha estaba poblada por hablantes de proto-vasco en época romana (las inscripciones vascoides más antiguas están cerca de Burdeos), y que el propio nombre Gasconha viene de "Vasconia", y que muchas de las características que separan al gascón de otras lenguas de su entorno se pueden explicar por la influencia vasca (igual que ocurre con el castellano, por cierto).
Por fin decidimos volver, viendo con tristeza cómo se perdían las haches por el camino (hablo de los letreros de los pueblos, claro), como los "estanguets" pasaban a ser "estanquitos", y la toponimia árabe vencía por goleada a la romance vieja, aquitana o celta... y fuimos rememorando muchísimas de los descubrimientos que habíamos hecho, con los que podríamos llenar un blog entero. Sigh. Nos dejamos tantas cosas por ver... pero eso es bueno, porque ¡tenemos pendiente regresar!
Y también, claro, descubrir nuevos lugares... que compartiremos con todos nuestros FilobLógicos lectores.
¡¡Hasta la próxima!!